SALINERAS DE MARAS, MINAS DE SAL, MAS ANTIGUAS QUE EL TAHUANTINSUYO

farallones de teccsecocha
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Entre los innumerables atractivos turísticos que alberga el Valle Sagrado de los Incas, hay uno que sobresale por su gran belleza natural y enigmático origen: las Salineras de Maras. Ubicado a 50 km de la ciudad del Cusco y a una altura de más de 3 mil metros sobre el nivel del mar, este lugar es un verdadero espectáculo visual que te deslumbrará.

Se trata de una amplia zona conformada por cerca de 3 mil pozos de sal natural alimentados por un manantial subterráneo, cuya historia se remonta a hace más de 100 millones de años. Actualmente, las Salineras no solo son de gran importancia por abastecer de sal a toda la región cusqueña, sino que también significan una valiosa fuente de exportación de este esencial condimento culinario al mundo.

Un origen entre el misticismo y la ciencia

La historia de las Salineras de Maras es hasta hoy un misterio. Al igual que otros sitios andinos, existen leyendas incas que relatan sobre sus orígenes. La más famosa tiene como personajes principales a los cuatro hermanos Ayar, quienes, encargados por su padre, el Dios Viracocha, tenían como misión ir en búsqueda de tierras fértiles con el fin de fundar el gran imperio de los incas.

La leyenda cuenta que, durante uno de los viajes, Ayar Cachi, lanzó una piedra a una montaña con tal fuerza que produjo la formación de una quebrada. Al ver la increíble escena, los tres hermanos, temerosos, decidieron encerrarlo en una cueva a fin de evitar que sea el fundador del imperio. Sorprendido y triste por el accionar de sus hermanos, Ayar Cachi lloró tan desconsoladamente que sus lágrimas empezaron a formar un conjunto de pozas que luego el sol secó formando los salares.

Si bien la leyenda es apasionante, el origen de las Salineras tiene una explicación científica. Y es que en las faldas de la montaña Qaqawiñay o Qori Pujio, muy cerca del lugar, se ubica un manantial que, a través de un riachuelo, transporta el agua salada hasta las pozas. El intenso sol que ilumina la zona durante gran parte del año genera que el agua se evapore, dejando residuos de sal que poco a poco emergen en los pequeños estanques.

Según estudios de historiadores, en la época del Tahuantinsuyo, los incas se hicieron cargo de la operación de las Salineras, extrayendo y conservando el mineral. Se dice, incluso, que llegaron a utilizarlo para sus momificaciones y otras ceremonias religiosas. La propiedad y el manejo de esta valiosa zona fue continuada por las comunidades locales, transmitiéndose de generación en generación hasta la actualidad.

La sal de Maras en beneficio de la salud

Entre las razones por las cuales la sal de Maras ha logrado trascender no solo en Perú sino también a nivel mundial, están en su gran calidad y múltiples beneficios que brinda en el cuidado de la salud. Debido a su bajo contenido de cloruro de sodio, ayuda a regular la presión arterial para aquellas personas que padecen de hipertensión. Para ello, se deben hacer baños utilizando una cucharadita de esta sal por cada litro de agua y sumergirse aproximadamente por 30 minutos; luego de ello, dejar que el cuerpo seque sin el uso de toallas.

Otro de sus beneficios es que contiene propiedades que ayudan en la cicatrización de heridas cutáneas como úlceras, várices, herpes y psoriasis. Asimismo, se recomienda su consumo para quienes sufren de artritis y artrosis, debido a sus altos aportes desinflamantes, con tan solo disolviendo una cucharada en un litro de agua y colocando la mezcla en un trapo húmedo sobre la zona afectada.

¿Cómo llegar?

Para visitar las Salineras de Maras, se recomienda hacerlo a través de una agencia turística o por cuenta propia, debido a que no hay transporte público directo hacia la zona. Los operadores salen diariamente de la ciudad del Cusco por las mañanas y toman la ruta Chinchero-Urubamba en dirección a la comunidad de Maras, con un pequeño desvío hacia a las salineras. El ingreso al lugar tiene un costo aproximado de 10 soles por persona.

La mejor temporada para visitar este hermoso atractivo es durante la estación seca, entre abril y octubre, donde predominan los cielos azules y despejados. Durante esta época, de constante luz solar (que evapora el agua y, por lo tanto, produce más sal), es más común observar a los lugareños atendiendo sus salinas y extrayendo las sales de las pozas.

Otra forma de llegar a Salineras es en cuatrimotos, para salir de la rutina habitual.

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